Obispo busca compromisos para la compaña anual

El Obispo Anthony B. Taylor dice que espera que más parroquianos donen a la Campaña Católica de Arkansas a Compartir (en inglés denominado “CASA”) que apoya diversos programas y ministerios en la diócesis.
“El potencial de CASA no se ha alcanzado aún”, indicó el obispo. “Además quisiera que la gente estuviera más consciente de lo que hace CASA y los beneficios que brinda. La res puesta a la campaña todavía puede crecer más”.
La meta de $1,350,000 todavía permanece al nivel de 2008. Por lo menos $190,000 del dinero recaudado apoyará al ministerio hispano y $75,000 apoyarán la educación de seminaristas.
Según la Oficina de Administración de Bienes y Desarrollo, 6,733 de 44,000 hogares donaron a CASA en 2008.
El Obispo Taylor indicó que espera que más católicos participen en la campaña de este año.
“[La meta] realmente debe ser más alta, pero entiendo la situación económica de estos momentos. Estoy más interesado en ver a más participantes”, señaló.
CASA apoyará a los siguientes ministerios este año:
n Adopciones, $25,000
Misiones para católicos de la raza negra, $15,000
Ministerio del campus, $120,000
Caridades Católicas, $75,000
Fondo de Bienestar para el Clero, $75,000
Ministerios diocesanos, $400,000
Misiones generales, $45,000
Misiones hispanas, $190,000
Subvenciones para la educación religiosa, $75,000
Subvenciones escolares, $75,000
Gastos de seminaristas, $75,000
Ministerio de jóvenes, $30,000
Brady indicó que el tema de este año, “Si hoy oyen su voz, no endurezcan su corazón”, que aparece en el Salmo 95, se tomó de la homilía del obispo que pronunció el 31 de enero y el 1º de febrero.
“Actualmente el mundo pasa por un tiempo de crisis económico, ¡lo que nos da a nosotros una oportunidad para aprender a confiar en la providencia divina hoy! Algunos de nosotros no tenemos ninguna fuente confiable de ingresos, muchos ya limitan los gastos y tal vez algunos de nosotros ya estamos muy preocupados porque olvidamos que Dios proveerá por nosotros si confiamos en él y lo dejamos usarnos para proveer por los demás … y es en esa luz que quisiera hablarles hoy de nuestra campaña anual de CASA, es la principal colecta de los católicos de Arkansas.”
Para donar a CASA, llene una tarjeta de compromiso en su parroquia o visite www.dolr.org o llame al (501) 664-0340.




Empieza primer consejo hispano

Por Marilyn Lanford
Corresponsal de Rogers

ROGERS — La Iglesia de San Vicente de Paúl de Rogers se convirtió en la primera iglesia católica en Arkansas en tener una división de hispanos de los Caballeros de Colón.
El 12 de octubre, Jim Neff, el representante estatal, presentó una escritura de constitución al Consejo Hispano de Mártires Mexicanos Núm. 14609 de los Caballeros de Colón.
El nuevo consejo lleva el nombre de seis sacerdotes que fueron asesinados por las autoridades mexicanas a principios del siglo 20 y que posteriormente fueron canonizados por el Papa Juan Pablo II en el 2000. Durante la ceremonia de constitución se exhibió un relicario de plata que contiene las reliquias de los seis Sacerdotes Caballeros de Colón Márti res de México.
Ed Viera ha sido nombrado gran caballero fundador del consejo. A principios de 2008 tuvo la oportunidad de escuchar hablar al padre Bill Elser, capellán del estado, durante la convención del estado de los Caballeros de Colón.
“Después de la Misa hablamos sobre lo bueno que sería si los Caballeros de Colón estuvieran receptivos a la idea de consejos de hispanos en Arkansas”, mencionó Viera. “El cincuenta por ciento de los católicos de Arkansas ahora son hispanos”.
Fue la inspiración del Padre Elser que motivó a Viera a comenzar el proceso de formar el consejo de Rogers.
Según Viera, el Padre Elser había dedicado tiempo para memorizarse la Misa en español para ellos.
“Si este hombre ha dedicado su tiempo y se ha esmerado en memorizarse la Misa en un idioma que no habla, ¿cómo no puedo yo dedicarle tiempo y esfuerzo a crear un consejo de hispanos? Fui el gran caballero del consejo de San Esteban de Bentonville y dado que Rogers tiene una enorme población de hispanos, me pareció el lugar perfecto para comenzar”, señaló Viera.
Aunque el consejo se creó oficialmente el 12 de octubre con la ceremonia oficial de fundación, el consejo comenzó a reunirse antes de esa fecha.
Viera comentó, “El 22 de mayo de 2008 le presenté la idea a la parroquia sobre establecer el consejo. Entonces, el 22 de junio de 2008, fue el primer día que realmente reclutamos miembros”.
Viera cree que la afiliación al grupo crecerá a 100 dentro de un plazo de un año.
Estos planes incorporan rezar el rosario antes de la Misa de la 1 de la tarde el primer domingo de cada mes. Durante la celebración de la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe el 12 de diciembre, los Caballeros de Colón hispanos encabezaron una procesión para conme morar este suceso en Rogers cerca de la iglesia.
Una meta a largo plazo del consejo es recaudar fondos para la iglesia y la co mu nidad.
“También les dará la oportunidad a los hombres hispanos de demostrar que ellos también son miembros valiosos de la comunidad. No creo que haya una organización que les otorgue esa oportunidad en estos momentos”, señaló Viera.
Al recaudar fondos, Viera desea que el monto recaudado pueda utilizarce en becas para estudiantes de la escuela preparatoria y seminaristas.
Agregó, “Espero que podamos recaudar suficientes fondos para participar en el programa RSVP de los Caballeros de Colón. En este programa un consejo patrocina a un seminarista. Es un programa estatal de la diócesis y muchos seminaristas ahora son hispanos”.
Según Adrián Domínguez, secretario de asuntos financieros del consejo, hay muchos beneficios de tener dos consejos en una parroquia.
“Los beneficios son enormes ya que une a más hombres en estos dos consejos para desempeñar distintas labores para la iglesia”, señaló. “Los hombres hispanos pueden trabajar como líderes espirituales dentro de la comunidad hispana para unir a la comunidad anglosajona y mejorar las relaciones. En esto es en lo que debemos trabajar”.




Fui Forastero y Ustedes Me Recibieron …

Por Obispo Anthony B. Taylor

Obispo Anthony B. Taylor

Cuando me nombraron obispo de Little Rock, la primera cosa que me preguntaron fue sobre los derechos humanos de los inmigrantes sin documentos. Este es un tema cerca a mi corazón y muy importante para los católicos de Arkansas.
Como ya saben, vengo de Oklahoma donde entraron en vigor el año pasado algunas leyes muy dañosas, motivadas por miedo irracional y sin ninguna consideración de lo que dice Jesucristo y nuestra fe cristiana. Espero que la legislatura de Arkansas, que entra en sesión en enero, tenga la valentía y la sabiduría para hacer lo que es correcto, lo que haría Jesús, lo que requiere el amor. Pero claro, los gobernantes son como todos nosotros, así que para corregir las injusticias hay que empezar primero con nosotros mismos y nuestras parroquias, y lo incómodo que nos sentimos a veces cuando se trata de otro grupo cultural, el temor de tal vez perder algo, nuestra identidad o nuestro control de la situación, miedo que nos hace ciegos a la dignidad y a los derechos humanos de la otra persona. La defensa de los derechos humanos es esencial para la fe católica y por eso es el tema de mi primera carta pastoral como obispo de Little Rock.
Se acuerden de lo que dijo Jesús en Mt 22,21: Dé al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios, pues esto significa que lo que manda Cristo nuestro Rey viene primero. Y Cristo no será sólo nuestro Rey, sino también el juez — ¿y qué dijo en el Evangelio que acabas de escuchar? “Vengan … y tomen posesión del reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo … porque fui forastero y ustedes me recibieron en su casa” … “¿Cuándo te vimos forastero y te recibimos?” … “En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí.” … “¡Malditos, aléjense de mí y vayan al fuego eterno, que ha sido preparado para el diablo y para sus ángeles! … porque era forastero y no me recibieron en su casa” … “¿cuándo te vimos forastero y no te ayudamos?” … “Siempre que no lo hicieron con alguno de estos más pequeños, ustedes dejaron de hacérmelo a mí.” Éstos irán a un suplicio eterno y los buenos a la vida eterna. ¡Jesús no puede hablar más claro que eso! Tu destino eterno depende de si acoges al forastero o no. En mi carta pastoral y la guía de estudio que la acompaña, hablo de cuatro principios básicos:
1. El principio económico de oferta y demanda, y el hecho que las fronteras nacionales no impiden la inmigración casi nunca cuando hay fuertes motivos económicos que motivan esa inmigración. La deportación de millones de personas no es una opción realista históricamente, económicamente o socialmente.
2. El principio moral que todos tienen el derecho de inmigrar cuando así lo requieren las circunstancias. La Declaración de Independencia de los EE.UU. dice: Consideramos estas verdades evidentes en sí, que todos los hombres fueron creados iguales, que fueron dotados por su creador con algunos derechos inalienables, que entre ellos son el de la Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad. El derecho de inmigrar deriva de nuestro derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad.
3. El principio teológico del bien común, el bien compartido de todos los residentes de nuestra comunidad, nuestra nación, y por extensión toda la familia humana. En este documento explico como las fronteras nacionales sirven el bien común y lo que implican los principios de derecho para los inmigrantes indocumentados — y lo que podemos hacer para remediar la situación.
4. A estos tres principios intelectuales presentados en la carta pastoral, añado un 4º principio espiritual en la guía de estudio que la acompaña para ayudarnos a movernos de la cabeza al corazón, el lugar de conversión. Para nosotros que somos ciudadanos norteamericanos, esto requiere que reconozcamos el dolor y sufrimiento que ha ocurrido debido a las políticas migratorias actuales de nuestro país. Para ayudarte hacer esto, te ofrezco tres cosas:
1. Un resumen esquemático de los puntos principales de la carta.
2. El texto completo de mi carta pastoral. Esto ya fue publicado en el Arkansas Catholic y en línea en el sitio web de la diócesis de Little Rock.
3. Una guía de estudio de 3 semanas diseñada para ayudarnos a conectarnos personalmente con la enseñanza de la Iglesia sobre la inmigración y los derechos humanos.
El Adviento es un tiempo de esperanza y anticipación. Nadie recibió a los padres de Jesús en Belén, no encontraron posada. ¿Qué cambios debemos hacer en nuestro país, aquí en nuestro estado, en nuestras parroquias, y en nuestros propios corazones para que los Marías y Josés de hoy reciban de nosotros una acogida calurosa digna del Salvador cuyo nacimiento celebramos en Navidad?
Una de las características fundamentales de la Iglesia Católica es nuestro llamado a ser “universales” de hecho y no sólo de nombre. Esto significa que no deben existir líneas divisorias en nuestras parroquias, no debe haber parroquianos de segunda categoría — todos bienvenidos, sin excepción.




La Iglesia dice: Violencia doméstica nunca es aceptable

Por Hermana Mary Lou Stubbs, DC
Caridades Católicas de Arkansas

Hermana Mary Lou Stubbs, DC

Con mucha frecuencia — más a menudo de lo que la mayoría de nosotros queremos saber — nuestras amistades y parientes entran en lo que creen que es una relación de interés y bienestar mutuo cada vez mayor, pero se encuentran en una relación que se ha desintegrado en algo opuesto.
La violencia doméstica es una realidad adictiva de enormes proporciones que no toma en cuenta edad, clase social, ni raza de la persona.
De acuerdo al Cirujano General de los Estados Unidos (U.S. Surgeon General), violencia doméstica es la principal causa de lesiones a mujeres en los Estados Unidos; y de acuerdo con el FBI, el 35 por ciento de las visitas a las salas de emergencia son resultado de violencia doméstica. De aquellos que abusan a su pareja, más del 65 por ciento también abusan física y o sexualmente a los hijos. Cada día en este país, cuatro mujeres y tres niños mueren como resultado del abuso. (Coalición en Contra de Violencia Doméstica de Arkansas)
Muy seguido se les dice a la pareja con problemas “abrácense y dense un beso” como para arreglar la situación. Sin embargo, la realidad del problema es mucho más compleja y requiere que personas vayan fuera de su zona de conforte y se involucren cuando ven que el abuso está sucediendo.
Nuestro llamado es mantenernos vigilantes a todo lo que ataque la dignidad humana en cualquier etapa de la vida, y vigilancia es lo que se necesita para detectar la violencia que puede imitar y deformar el amor y lo reemplaza con un ciclo de temor e intimidación. Las víctimas, en su mayoría mujeres, no creen que el ser que aman pueda causarles daño con palabras o puños, y tienden a perdonar y adaptar sus comportamientos para reducir el abuso. Al hacerlo, bailan en un ciclo de perdón, miedo y dolor que puede perdurar durante muchos años y que a veces sólo se rompe con el rescate o la muerte.
El acogido amoroso de la Iglesia para las víctimas de violencia doméstica se estableció claramente en “When I Call for Help: A Pastoral Response to Domestic Violence Against Women” (“Cuando Pido Ayuda: Una Respuesta Pastoral a la Violencia Doméstica Contra la Mujer”), emitida en 2002 durante la Conferencia de Obispos Católicos, en donde se hace un llamado a una “revolución moral para reemplazar una cultura de violencia”. Este documento define violencia doméstica como “todo tipo de comportamiento que usa una persona para controlar a una pareja íntima mediante el miedo y la intimidación. Este comportamiento incluye el abuso sexual, verbal y económico, y el maltrato físico y psicológico”.
El maltrato doméstico a menudo implica golpes físicos, pero también consiste en aislamiento, abuso verbal, amenazas, intimidación contra la pareja o los hijos y otros medios para controlar la vida y las actividades de las personas que abusan.
La Iglesia está cada vez más clara en sus enseñanzas de que la violencia doméstica, el uso de la fuerza para controlar la vida de tu pareja íntima, nunca es aceptable. Nosotros, como miembros de la Iglesia, tenemos la responsabilidad de estar conscientes y aprender más sobre la dinámica de la violencia en la familia para que podamos ayudar a liberar a sus víctimas del yugo de la esclavitud. No podemos escondernos tras la seguridad falsa de la ignorancia mientras que personas son destruidas a escondidas detrás de una parodia de “para bien o para mal”.
El Evangelio de Lucas 10, 29-37 nos cuenta el relato de cómo personas honradas y decentes pasaron al lado de otra que había sido golpeada y abandonada en un camino para que muriera. No fue hasta que una persona que no temía ayudar se atrevió a verla y entonces se apiadó de ella para salvarla. Nosotros también debemos ser Buenos Samaritanos para las víctimas de violencia de hoy en día. ¿Podemos seguir los consejos de la primera encíclica del Papa Benedicto XVI, “Dios es Amor”, exaltando la belleza de las relaciones amorosas y condenando los abusos? Como participantes del Evangelio, le pedimos a Dios que nos dé la sabiduría para reconocer la realidad de la violencia doméstica en medio de nuestra vida diaria y la valentía para llegar a aquéllos que se encuentran atrapados dentro de ese ciclo destructivo.
“La Iglesia puede ayudar a romper este ciclo. Muchas mujeres abusadas primero buscan ayuda con la Iglesia porque la ven como un lugar seguro”. (“Cuando Pida Ayuda” Introducción) No podemos traicionar la confianza de aquellos que no tienen otro lugar a donde ir.
La Hermana Mary Lou Stubbs, DC, es directora de Caridades Católicas de Arkansas.

Para aprender más
Para aprender más acerca de abuso, visite la página de Internet de la Coalición en Contra de Violencia Doméstica, www.domesticpeace.com.
Para informarse acerca de que puede hacer usted para ayudar, visite o lea “Cuando Pido Ayuda: Una Respuesta Pastoral a la Violencia Doméstica Contra la Mujer”, www.usccb.org/ laity/help.shtml.
Si usted es una víctima buscando ayuda, llame al 911 si está en peligro o a la línea directa (800) 799-3224.




Abracen las decisiones difíciles con amor

Por Obispo Anthony B. Taylor

Obispo Anthony B. Taylor

Siempre cuando les pregunto a la gente por qué tomaron las decisiones que han hecho en su vida, muchas veces la respuesta tiene que ver con el deseo de ser feliz — una vez que me case, estaré feliz –una vez que consiga ese trabajo, ese aumento, estaré contento. Muchos piensan que hay algo afuera de ellos que les hará feliz. Pero no funciona así. La felicidad viene desde adentro. No viene de conseguir lo que NOSOTROS queremos, sino de hacer lo que DIOS quiere. Decimos: “Es mejor dar que recibir” porque está allí que se encuentra la felicidad — dando a otros, viviendo por un propósito más grande que uno mismo. ¿Quién tiene más amigos: la gente abnegada o la gente egoísta?
Encontramos la respuesta a esa pregunta en San Mateo 16. Jesús empieza a describir los sacrificios que él hará para ayudar a los demás: Tiene que “ir a Jerusalén para padecer allí y ser condenado a muerte” pero Pedro no entiende todavía que la felicidad viene desde adentro, de hacer sacrificios para hacer la voluntad de Dios, de ayudar a los demás. Jesús responde diciéndole a Pedro que lo tiene todo al revés porque su perspectiva es muy estrecha y poco profunda: Su “modo de pensar no es de Dios, sino el de los hombres”, así que no entiende todavía que para vivir una vida plena, hay que morir para uno mismo y cargar la cruz en lugar de intentar esquivarla. Jesús dice que para seguirle, hay que tomar el mismo camino que él, abnegados como él, sacrificando la vida como la sacrificó él, para el beneficio de los demás. Claro, resucitará al tercer día, pero no olvida que hay que morir primero, y aquí Jesús se refiere primero a que hay que morir para uno mismo para el beneficio de los demás y sólo después a la muerte física, aunque está incluida ésta también, como una consecuencia lógica de morir a sí mismo.
Y hay otra cosa más: Jesús no sólo aguantó la cruz, no sólo se resignó a ella, enfrentando con valentía las adversidades que no podía esquivar — ¿acaso no es cierto que todos moriremos algún día, nos guste o no? ¡Jesús no sólo aguantó la cruz, la ABRAZÓ con amor! Hizo un esfuerzo excepcional de ir a Jerusalén precisamente con ese propósito. Se expuso a ese peligro por amor a nosotros para salvarnos, rompiendo el poder del pecado y de la muerte. Jesús nos muestra que, si nosotros abrazamos nuestras cruces por amor a los demás, también nosotros encontraremos la capacidad de perdonar a los que NOS hacen mal, algo que es imposible a los que sólo aguantan de mala gana las adversidades, las cruces que no pueden evitar.
Entonces, ¿Cómo aplican esto a sus vidas? ¿Hay una cruz que deben abrazar con amor? ¿Una cruz que todavía intentan esquivar? Si siguen a Jesús, ¡habrá una cruz! Si no, pues es probable que estén en un camino equivocado.




40 años despues: La encíclica papal ’Vida Humana’

Por Padre Salvador Marquéz-Muñoz

Padre Salvador Márquez-Muñoz

Hace 40 años, julio de 1968, salió a la luz una gran encíclica papal llamada Vida Humana; un documento que ante los ojos del mundo estalló como una bomba, ya que declaraba abiertamente que el uso de métodos anticonceptivos era un mal totalmente intrínseco. Mucha gente pensó que el Papa Pablo VI estaba loco, por lo que muchos trataron al documento como una broma, y no como un aviso importante y de vital importancia para las generaciones futuras.
El Papa Pablo VI en su documento predijo cuatro desgracias que hoy en día desafortunadamente se han cumplido. Dijo, por ejemplo, que la aceptación universal de los métodos anticonceptivos traería consigo una consecuencia social de crear en el hombre una gran falta de respeto por la mujer. El ya no se preocuparía por “su equilibrio físico ni psicológico,” los hombres llegarán “al punto de considerar a la mujer como un mero instrumento de auto-gratificación y ya nunca más iba a ser respetada y amada como su compañera.” Como podemos darnos cuenta, hoy en día, el Internet, varios programas televisivos, el cine, así como muchos otros medios de la comunicación, han reducido al ser humano a un plano existencial de objeto sexual.
El Papa también predijo que la institución del matrimonio se enfrentaría con grandes problemas debido a “la infidelidad conyugal” ya que los métodos anticonceptivos lo hacen, según muchos, todo muy fácil. Observemos simplemente como el uso de métodos anticonceptivos han debilitado al matrimonio, trayendo consigo una gran revolución sexual, y como resultado final, un aumento desmedido de divorcios, abortos, embarazos fuera del matrimonio, enfermedades venéreas, etc.
El Papa insistió que el uso y la aceptación de los métodos anticonceptivos sería como poner en las manos del ser humano “un arma muy peligrosa,” sobre todo en la de los políticos, que con tal de obtener un puesto y ser aceptados por las masas, pondrían en riesgo la vida de muchos seres inocentes, denigrando así, la dignidad de todo ser humano creado a imagen y semejanza de Dios.
Finalmente el Papa nos advirtió que los métodos anticonceptivos conducirían a las personas a tratar a sus cuerpos como una propiedad, y no como un ser humano con cuerpo y alma. Una propiedad con la cual se puede hacer lo que se quiera, sin percatarnos que nuestros cuerpos son “Templo vivo del Espíritu de Dios.”
El cuerpo no es un objeto. La aceptación universal de los métodos anticonceptivos no sólo cambió nuestro comportamiento, sino hasta nuestra manera de pensar. Ha creado un caos entre el sexo y la procreación, y dentro de ese caos, la corriente del mal continúa arrastrando a muchos hacia un abismo deshumanizado y deshumanizante.
Nuestra fe Católica nos enseña que los métodos anticonceptivos son una gran ofensa ante nuestros cuerpos, ante Dios, y ante las relaciones entre los esposos. La misma palabra anticoncepción nos indica que va en contra de la concepción, es decir, en contra de una nueva vida. El ser humano coloca una barrera como si se estuvieran haciendo la guerra, en lugar de estar haciendo el amor.
Cuando un hombre y una mujer traen juntos un hijo al mundo, todo el universo cambia: algo que no existía comienza a hacerlo; el alma de cada ser humano es inmortal y está destinada a la inmortalidad. Es por eso que cualquier método anticonceptivo es intrínsicamente malo ya que viola el propósito y la naturaleza del acto sexual humano, y por lo tanto, viola también la dignidad misma de la persona.
El acto sexual significa una entrega total y los anticonceptivos disminuyen esa autoentrega. Muchos hoy en día tratan a los bebés como si fueran una carga y no un don. Tratan su propia fertilidad como una condición terrible que hay, de la cual hay que protegerse. Incluso se habla hasta del miedo a un embarazo, como si se tratara de un miedo a un holocausto nuclear o a una plaga mortal. Hasta llegamos a decir que la madre quedó embarazada por accidente, como si habláramos de ser arrolladas por un vehículo.
La unidad del acto sexual y la concepción de un ser humano, están íntimamente ligadas. El acto sexual implica un gran compromiso, y los hijos engendrados son parte de ese compromiso, y la verdad es que ambos, el compromiso y los hijos son los regalos más hermosos. Agradezcamos cada día a Dios ese regalo de la vida, y sobre todo, el regalo de su vida divina a través de su Hijo, Jesucristo.
Padre Salvador Márquez-Muñoz es párroco de la Iglesia de San Eduardo en Little Rock.




Iglesia de Fort Smith enfatiza el liderazgo de jóvenes

Por Maryanne Meyerriecks
Corresponsal de Fort Smith

FORT SMITH — Búsqueda es el retiro de fin de semana para estudiantes hispanos que están en la escuela preparatoria, aspira a despertar a la juventud para que proclamen la Buena Nueva de Cristo a los demás. En la Iglesia de la Inmaculada Concepción de Fort Smith, los adolescentes y jóvenes adultos han tomado literalmente ese llamado.
Durante los últimos siete años, los egresados del programa Búsqueda de Little Rock se han estado reuniendo todos los sábados a las 8 de la mañana para apoyarse mutuamente en la fe.
“Después de nuestra Búsqueda, nos dijeron que debíamos reunirnos en pequeños grupos”, señaló José Galvan. “Pero todos teníamos trabajos y otras cosas que hacer, así que el único momento para reunirnos son los sábados a las 8 de la mañana”.
“Me siento muy orgullosa de ellos”, dijo la Hermana Josefina Gutierrez, MSC, directora de los Ministerios Hispanos de la parroquia.
Rosy Galvan, quien comenzó los grupos de seguimiento de Búsqueda, recalcó que uno de los objetivos de Búsqueda es enseñarles a los jóvenes a convertirse en líderes de la parroquia. Los miembros del grupo de jóvenes hispanos son lectores, acomodadores y miembros del coro en la Misa. A su vez, están activos organizando actividades especiales y ayudando con dos quioscos en el carnaval de la parroquia.
Noé Perez, estudiante de Northside High School, dijo, “Los jóvenes no se dan cuenta de la función que desempeñan en el plan de Dios hasta que regresamos a nuestras parroquias y hacemos germinar los frutos”.
Los grupos de jóvenes de la Inmaculada Concepción han sido muy fructíferos, y los jóvenes Galvan — Alma, Rosy, José, Elias y Javier — han sido como la levadura en la comunidad hispana.
Los jóvenes de la parroquia que han asistido a Búsqueda durante los dos fines de semana al año que se lleva a cabo, saben que se esperará que realicen funciones de líderes durante los fines de semana posteriores, ofreciéndose como mentores en la fe de adolescentes de menor edad.
La comunidad estrecha que se crea entre estos adolescentes es de vital importancia ya que muchas veces no cuentan con un sacerdote hispano. El Padre Blas Alberto Hernández, quien vino “prestado” de Monterrey, México, se fue de Fort Smith en febrero.
“Hemos esperado hasta un año por un nuevo sacerdote”, expresó José Galvan. “Si fuéramos a depender de ellos, nuestros grupos de jóvenes dejarían de existir”.
En los ocho años que la Hermana Josefina ha laborado en los ministerios de la Inmaculada Concepción, ha presenciado un crecimiento enorme.
“Las Misas ahora son los domingos, martes y jueves a las 6 de la tarde en Santa Ana (Capilla). Las confesiones son los miércoles. Mons. Rich (Oswald, párroco de la Inmaculada Concepción) y el Padre Stan (Tabor, antiguo párroco asociado) saben celebrar la Misa en español”, dijo ella.
Los grupos de jóvenes han crecido también. Hay dos grupos de jóvenes de 18 años o menos — un grupo de seguimiento del retiro de Búsqueda y un grupo más grande de jóvenes — y dos grupos de jóvenes adultos, es decir, un grupo de seguimiento para participantes de Encuentros de Promoción Juvenil y un grupo más grande de jóvenes adultos.
Para motivar a los jóvenes, los líderes planifican muchas excursiones al parque estatal Devil’s Den State Park en el Condado de Washington, Six Flags en Dallas y otros lugares.
“Para recaudar el dinero lavamos carros y vendemos tamales, frutas y dulces después de las Misas”, señaló Arely Sandoval.
También patrocinan muchas actividades espirituales, como estudios bíblicos, talleres de trabajo sobre asuntos de moralidad, clases de sacramentos y grupos para fomentar la autoestima.
Indicó Javier Galvan, “Hemos tenido muchos oradores especiales sobre planificación familiar natural y psicólogos del sistema escolar que han venido a hablarnos también”.
La fidelidad del grupo de las 8 de la mañana es el agente catalítico que hace que los grupos de jóvenes sean tan activos, vibrantes y acojan a los nuevos feligreses.
“Es tanto lo que se vive en Búsqueda y es maravillosa la oportunidad de reunirse con otros para apoyar esa experiencia”, recalcó Rosy Galvan.




Tres nuevos seminaristas diocesanos oriundos de México y Colombia

La Diócesis de Little Rock ha aceptado a ocho nuevos seminaristas, incluyendo a tres hombres hispanos.
Luís Miguel Pacheco, de México, estudiará en el Seminario Hispano de Santa María de Guadalupe en México. Pacheco, de 22 años, es hijo del Sr. y Sra. Pacheco Parios de Axichiapan, Morelos, México.
David Fernando Mora, de Palmira, Colombia, estudiará en el Seminario de San Meinrad en Indiana. Mora, de 24 años, es hijo de Wilson Fernando Mora y María A. Andrade Pente.
Macario Martín Olvera, de Salamanca, México, estudiará en el Seminario de San Meinrad. Olvera tiene 39 años.
Los otros nuevos seminaristas son:
Joshua Hart, de 31 años, hijo de Mike y Ellen Hart. Miembro de la Catedral de San Andrés en Little Rock, él acude al Seminario de San Meinrad.
Willbrod Frank, de 33 años, hijo de Aurelia Kulwa de Brilon, Germany. El es nativo de Tanzania, estudiará en el Seminario de San Meinrad.
Jacob De La Paz, de 18 años, hijo de Conrad y Lori De La Paz. Miembro de la Iglesia de San Bonifacio en New Dixie, él acude al Seminario de San José en St. Benedict, Louisiana.
Michael L. Johns, de 19 años, hijo de los señores Michael L. Johns. Miembro de la Iglesia del Santísimo Sacramento en Jonesboro, él acude al Seminario de la Santísima Trinidad en Irving, Texas.
Stephen J. Gadberry, de 22 años, hijo de Leslie Gadberry. Miembro de la Iglesia de San Pedro en Wynne, él acude al Seminario de San José.
La diócesis ahora tiene un total de 29 seminaristas. Catorce de ellos vienen de otros países, incluyendo México, Colombia, Argentina, El Salvador, Nigeria y Vietnam.
Los seminaristas que regresaron son Eddie D’Almeida, James Melnick, Jason Sharbaugh, Josh Stengel, Tony Robbins, Víctor Rubén Quinteros, Juan Manjarrez, Joseph Archibong, Alejandro Puello, Andrew Hart, Mauricio Carrasco, Enrique Castro, Daniel Ketcher, Juan Guido, Payden Blevins, Robert Cigainero, Shaun Klatt, Tony Bui, Martin Siebold, Raul Garduño y German Alegria.




Haciendo historia

El Diácono Marcelino Luna (hincado, extrema derecha) y el Diácono Robert Wanless (de pie, segunda fila, extrema derecha) están con la clase más grande de diáconos para la Diócesis de Little Rock el 2 de agosto en el Centro Católico San Juan en Little Rock.
Por primera vez, la diócesis está ofreciendo las clases en español e inglés. En la clase hay 52 hombres y sus esposas; 22 en la clase en español y 30 en la clase en inglés. A cada hombre se le otorgó una Biblia y Catecismo de la Iglesia Católica.
El primer fin de semana de este grupo fue del 1° al 3 de agosto, e incluyó cursos sobre multiculturalismo, dirigidos por líderes del Centro Cultural México Americano en San Antonio, una fiesta mexicana con música y Misa celebrada por el Obispo Anthony B. Taylor.




¿Por qué la Iglesia sigue la sucesión apostólica?

Por Padre Salvador Marquéz-Muñoz

Padre Salvador Márquez-Muñoz

Recientemente hemos sido muy bendecidos por Dios por la ordenación de nuestro nuevo Obispo Anthony B. Taylor a través de la imposición de manos por parte del Sr. Arzobispo Eusebius J. Beltran, quien pronunció la solemne oración consagratoria. A través de esta oración el arzobispo pidió a Dios para nuestro obispo Antonio una especial efusión del Espíritu Santo y de sus dones para el ejercicio de su nuevo ministerio.
Todo esto tiene su origen en Jesucristo quien edificó su Iglesia sobre los apóstoles, y les dio autoridad, poder y un ministerio que cumplir, el de pastorear la Iglesia. Una tarea que se sigue desarrollando hasta nuestros días por medio de la sucesión apostólica, en la que los Apóstoles, consientes de que no vivirían para siempre, y por voluntad de Cristo, estaban destinados a tener sucesores que continuaran su ministerio, con la misma autoridad que ellos recibieron de Cristo.
Por medio de la sucesión apostólica la Iglesia recibe de los Apóstoles su validez y la autoridad de su ministerio cristiano. De ahí que los obispos son el eslabón necesario en una cadena ininterrumpida de sucesores en el cargo de los apóstoles. El rito que simboliza y efectúa esta conexión es la imposición de las manos del obispo en la ordenación.
En términos sencillos, la sucesión apostólica se trata de la relación entre la Iglesia Católica de hoy y la Iglesia Apostólica de tiempos del Nuevo Testamento. De esta manera, la sucesión apostólica se refiere a la Iglesia entera en cuanto es fiel a la palabra, al testimonio y al servicio de las comunidades apostólicas. La iglesia no es simplemente un conjunto de iglesias individuales, sino una comunión de iglesias cuya validez se deriva del mensaje apostólico que profesa, y del testimonio apostólico que vive.
La sucesión apostólica se mantiene mediante la ordenación de obispos de forma personal e ininterrumpida desde los tiempos de los apóstoles. Esto es, los apóstoles ordenaron personalmente a obispos, los cuales, de forma ininterrumpida han seguido ordenando nuevos obispos hasta hoy.
Los obispos por medio de la sucesión apostólica se han convertido en sucesores de los apóstoles, los cuales a su vez eran sucesores de Cristo, y todo esto se llevó a cabo por primera vez en tiempos de San Clemente a finales del siglo I.
La sucesión apostólica como signo de fidelidad al mensaje y a las enseñanzas de Cristo es considerada esencial no sólo por la Iglesia Católica sino también por las iglesias ortodoxas, orientales y también por las anglicanas y algunas iglesias luteranas. Sin embargo, la mayoría de las Iglesias Protestantes conceden poca o ninguna importancia a esta doctrina, ya que, de acuerdo a su interpretación de las Escrituras, eliminaron las figuras de obispos y sacerdotes, enfatizando la devoción a las Sagradas Escrituras exclusivamente como lazo de continuidad con la fe de Cristo y los apóstoles, ya que en caso de reconocerla, y sin tener una legítima sucesión, la fundación de su Iglesia quedaría sin justificación y tendrían que reconocer como inválida la autoridad de su pastor.
Cristo mismo nombró a sus apóstoles y les dio autoridad: “Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles.” (Lucas 6,13) “Convocando a los Doce, les dio autoridad y poder …” (Lucas 9,1)
Solamente pueden tener real autoridad, cuando les ha sido conferida por alguien que a su vez tiene legítima autoridad.
A pesar de que algunas Iglesias Protestantes niegan la sucesión apostólica, podemos percibir a la Iglesia como un organismo visible, compuesto por todos los bautizados, y con las jerarquías que instituyeron los apóstoles: obispos, presbíteros, diáconos.
Padre Salvador Márquez-Muñoz es el párroco de la Iglesia de San Eduardo en Little Rock.