El ángel de la guarda de Adriana organiza jornadas de donación de médula ósea

El rostro de Adriana Vidals se ilumina cuando habla sobre sus tres hijos.  Sus dos hijos, Christian de 11 años de edad y Adrián de 14 años de edad, están activos en los Boy Scouts.  Luego está su “princesita” Carla de 10 años de edad a quien le encanta nadar.

Ella y su esposo de 15 años, Carlos Servín, feligreses de la Iglesia de Sta. Teresa en Little Rock disfrutan mantenerse activos con sus hijos, llevándolos a pasear en bicicleta durante tres horas temprano por la mañana.

Es una hermosa imagen de amor, familia y fe – excepto que Adriana está muriendo.

Vidals fue diagnosticada en julio con leucemia mieloide aguda después de pocos días de haber sentido fatiga total en su cuerpo y dolor al respirar.

“Tengo 40 años de edad, pero nunca he estado enferma”, dijo ella.  “No voy al médico frecuentemente porque no me enfermo”.

Vidals necesita un trasplante de médula ósea y no está en sus planes darse por vencida.  El 3 de octubre, la Iglesia de Sta. Teresa y la Iglesia de San Eduardo realizarán una jornada para registrarse para donar médula ósea de 9 a.m. a 4 p.m. bajo la dirección de Delete Blood Cancer con la esperanza de que Vidals encuentre a alguien compatible para salvar su vida.  Al Convirtiéndose en un donante – lo cual requiere de una simple muestra de raspado bucal con un hisopo – la muestra de ADN será colocada en el registro mundial – una persona no sólo puede donar a Vidals.  Su mejor oportunidad es encontrar a alguien hispano que sea compatible, ya que componen sólo el 10 por ciento del banco de datos actual.

“Me moriré”, dijo Vidals a Arkansas Catholic francamente sobre lo que significaría si no se encuentra a alguien compatible.

Para su esposo e hijos, la conmoción y el dolor del diagnóstico es algo difícil.

“Es una de las cosas más duras por las que he pasado en mi vida”, dijo Carlos.  “De repente, te dicen que tu esposa tiene una probabilidad  de 50%”.

La historia de Vidals no es única – alguien es diagnosticado con cáncer en la sangre cada tres minutos en los Estados Unidos, de acuerdo a Delete Blood Cancer.  Pero ella tiene el apoyo de su amigo inquebrantable Dennis Hoover.

Hoover, 59, y su esposa médico radiólogo, Melanie, tuvieron como mesero a Carlos Servín en el restaurante Cantina Laredo en Little Rock hace seis años.

“(Dios) coloca a personas en tu vida por una razón… Los invitamos a él y a su familia a cenar una noche”, y ambas familias han permanecido cerca desde entonces, dijo Hoover.  “Vamos al lago juntos, pasamos la Noche Buena en su casa, ellos vienen a nuestra casa el Día de Navidad.  Ellos se convirtieron en nuestra familia”.

Hace como 3 años, Hoover fue diagnosticado con cáncer en la garganta y se sometió a una operación, 35 rondas de radiación y tres dosis de quimioterapia.

“Carlos me llevaba a la radiación, él me traía comida.  Adriana llamaba preguntando: ‘¿necesitas algo? ¿quieres comida?’ No, estamos bien.  Ring-ring, sonaba el timbre, ella estaba en la puerta”, dijo Hoover, quien es un Bautista Sureño.

Él ahora se encuentra en remisión y no se demoró en devolver el favor.  Hoover está organizando las jornadas de donación de médula ósea y ha alcanzado a cada medio de comunicación posible para promover su historia.

“Podría sentarme aquí y mirar pasar esto o puedo abordar esto y organizar jornadas para hacer lo que podamos para tratar de ayudarla  y también a cualquier persona que tenga enfermedades de la sangre”, dijo Hoover.

De acuerdo a deletebloodcancer.org, aún hay seis de 10 pacientes que no pueden encontrar a un donante compatible.  Aquellos que son elegibles para registrarse como donantes deben tener entre 18 y 55 años de edad y gozar de buena salud.

Para Vidals, el 3 de octubre no podría llegar demasiado pronto.  Ella actualmente está sometida a su segunda ronda de quimioterapia, la cual durará por lo menos tres semanas.  No puede salir del hospital UAMS, pero se mantiene fuerte caminando por los pasillos y rehusándose a vestir con batas de hospital, sólo sus propias pijamas.

Antes de la primera ronda de quimioterapia, Vidals donó más de 12 pulgadas de cabello a Locks of Love, una organización que hace pelucas para pacientes con cáncer.  Es sólo otra manera en que Vidals elige vivir el plan que Dios tiene para ella.

“Nunca pensé en decir: ‘¿Dios, por qué a mí?’ No. De hecho, pienso que él me puso en este camino porque tengo algo qué hacer”, dijo Vidals.  “No sé exactamente lo que es, pero pienso que él tiene algo para mí relacionado con esto.  Tal vez es para hacer que la comunidad hispana despierte y diga: ‘Ayuden aquí… Pienso que tenemos una misión aquí”.

Para donar para las facturas médicas de Vidals y de su familia mientras no puede trabajar, visite gofundme.com/6p3buwpp3b o visite el Bank of Little Rock, número de cuenta 2051043.

Aprille Hanson Spivey

Aprille Hanson Spivey has contributed to Arkansas Catholic as a freelancer and associate editor since 2010. She leads the Beacon of Hope grief ministry at St. Joseph Church in Conway.

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