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Obispo responde al reporte del presunto abuso de un niño en Springdale

Por Obispo Anthony B. Taylor

Obispo Anthony B. Taylor

El Obispo Anthony B. Taylor dio este mensaje en todas las Misas del fin de semana del 9 y 10 de julio en la Iglesia de San Rafael en Springdale.

Hace un mes estuve en Seattle para una reunión de los obispos de los EEUU y reafirmamos nuestro compromiso para hacer todo lo posible para proteger a los niños, proveyendo ayuda a los niños que han sido abusados en la Iglesia y denunciando a los que abusan. Vengo hoy porque parece que hay un niño aquí en Springdale que ha sido abusado por un sacerdote y necesito su ayuda para encontrar a este niño para poder aclarar lo que ha sucedido, quién lo hizo y qué tipo de ayuda necesita este niño y su familia ahora.
Déjenme compartir lo que sé, lo que me preocupa y lo que pueden hacer para ayudar. La parroquia de San José de Fayetteville recibió el 10 de junio una llamada en español para advertirnos que un sacerdote sirviendo en nuestra diócesis estaba en peligro de sufrir violencia a manos de un hombre que creía que él había tocado a su hijo en modo indebido durante una confesión. La única información que se nos dio fue: los nombres de la persona que llamó y el de la presunta víctima, y el detalle que era un monaguillo en Springdale.
No pudimos dar seguimiento a la llamada porque el número estaba bloqueado, y aunque el propósito de la llamada era para advertirnos que un sacerdote estaba en peligro, fue claro que un niño pudo haber sido abusado — así que implementamos nuestra política para responder a tales alegaciones. Suspendimos el ministerio del sacerdote hasta que determináramos la credibilidad de la alegación y la reportamos a la policía del estado.
Desafortunadamente, hasta la fecha ni nosotros ni la policía ha podido ubicar a la presunta víctima para verificar la información. El nombre de la persona que llamó no aparece en la lista de ninguna parroquia ni ningún libro telefónico del noroeste de Arkansas ni en ninguna búsqueda de internet. No hay ningún niño con ese nombre en la lista de monaguillos de ninguna parroquia en el área y la policía no ha encontrado a ningún niño con ese nombre en ninguna escuela en el noroeste de Arkansas.
El sacerdote amenazado es el P. Rubén Quinteros, pero las circunstancias del presunto abuso no corresponden a sus actividades en la parroquia y pudo haber sido alguien más — si ese padre de familia no estaba activo en la parroquia, es fácil ver cómo podría llegar a la conclusión de que el único sacerdote hispano activo en Springdale cuando su niño le habló del asunto debió ser aquel que lo habría hecho. Mandamos fotos a la policía para que el niño identificara quién le había tocado, y así limpiar el nombre del P. Rubén, pero hasta ahora no lo han encontrado. Debemos siempre presumir la inocencia hasta que se prueba lo contrario y en este momento no tenemos prueba de nada, sólo una llamada telefónica, a la cual no puede dar seguimiento ni siquiera la policía, y un hombre que nos amenaza con tomar la ley en sus propias manos.
El Comité de Revisión de la diócesis se reunió el 21 de junio y examinó toda la información que tenemos. Determinaron que la alegación en contra el P. Rubén no fue creíble y que si hubo abuso, aquel que lo había hecho debió ser otro. El Comité de Revisión estuvo de acuerdo en permitir al P. Rubén regresar a su ministerio en DeQueen.
Desafortunadamente, no hay modo de ponernos en contacto con el hombre que lo amenaza. El 19 de junio la casa parroquial sufrió un acto de vandalismo y rabia–temo lo que habría hecho al P. Rubén si hubiera estado allá. Al investigar este crimen, nos dijo que varios parroquianos habían visto a un hombre en una camioneta blanca estacionada en la parroquia en varias ocasiones. Él también preguntó a un parroquiano: “¿Dónde está el Padre?” Además, la parroquia había recibido una llamada misteriosa pidiendo hablar con el Padre Rubén. Cuando le dijeron que no regresaría hasta más tarde en la semana, el hombre colgó el teléfono rápidamente.
Ya han pasado tres semanas sin ubicar al niño y ya que la amenaza contra el P. Rubén no ha disminuido, vengo hoy para solicitar su ayuda. El domingo pasado encontramos algunos volantes en las Iglesias de DeQueen y Springdale. Estos papeles dicen claramente que el autor seguirá acechando al P. Rubén y terminan con esta amenaza: “yo sabré esperar el momento para agarrarlo y juro por mi niño que me las va a pagar.”
El dolor de esta familia es obvio. Quiero ofrecer ayuda a este niño y necesito su ayuda para encontrar esta familia para ofrecerles ayuda, verificar la credibilidad de la alegación y determinar la identidad del verdadero perpetrador.
También necesito su ayuda para proteger al P. Rubén y velar por esa persona que distribuye volantes y lo está amenazando. Debemos pararlo antes de que cometa un delito más grave que el mero vandalismo de una casa. No pienso enjuiciarlo por ese vandalismo porque entiendo bien la rabia que cualquiera de nosotros sintiéramos al creer que un adulto ha herido a su hijo–y sobre todo por un sacerdote. Pero sí debemos hablar con este hombre para aclarar lo que ha pasado, quién lo hizo, y qué pasos debemos tomar ahora.
He preparado una hoja, disponible después de la Misa, anotando los hechos del caso y proveyéndoles un número de teléfono que pueden usar para darnos información sobre este caso o cualquier otro caso de abuso de un niño por alguien conectado con la Iglesia–pueden llamar o mandar un mensaje de texto y le daremos seguimiento. Queremos crear el ambiente más seguro posible para nuestros niños, pero para hacerlo necesitamos su ayuda.
El mensaje principal que quiero dejarles hoy es que me preocupa mucho que parece que ya hay una víctima–un niño que necesita ayuda — y no queremos tener otra. Hemos colaborado con la policía en todo y hemos cumplido todos los pasos requeridos por la ley. Es muy importante que cumplamos con el régimen de la ley en lugar de venganza o la “ley del monte.” La venganza no llevará sanación a esta familia, y es muy fácil equivocarse –dirigiéndola contra una persona inocente, y no nos ayudará a descubrir al culpable — si hay alguien que de hecho ha cometido abuso. El autor del volante dice que tiene que tomar la ley en sus propias manos porque la Iglesia no iba a hacer nada — y no hay nada más lejos de la verdad. Hemos apoyado la investigación de la policía ya desde el inicio y si la policía presenta cargos en contra de alguien, cooperamos en todo. Nuestro interés es proteger a los niños, como también crear un ambiente seguro para todos. Es también hacer lo correcto.
Debemos comunicar esto a la persona que ha escrito ese volante. Ayúdenme a buscar este niño y su familia. Mi oración es que podamos ayudar a este niño, proteger al P. Rubén, determinar qué ha pasado y denunciar al verdadero perpetrador. Mientras tanto, el Padre Rubén hará temporalmente otro trabajo y la parroquia de DeQueen será atendida desde Texarkana. Me quedo después de la Misa para responder a sus preguntas pero esto es todo lo que sé en este momento.

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