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El amor matrimonial será diferente en el cielo

Por Obispo Anthony B. Taylor

Obispo Anthony B. Taylor

Aprendimos la mayor parte de lo que aprendimos por comparación con cosas que ya conocemos. Por ejemplo: Dicen que las ancas de rana saben igualito al pollo, así que si has comido pollo, ya sabes como saben las ancas de rana, aun sin haberlas comido nunca.
Y es de modo parecido que la Biblia nos habla del cielo y del infierno. Dice que el infierno es como el fuego, así que si ya te has quemado un dedo, ya entiendes lo muy terrible que será el infierno. Y el cielo: ¿Es cierto que las puertas serán de perla y las calles doradas? ¿Cuánto tiempo durará el banquete celestial? ¡Por los siglos de los siglos es mucho comer! Eso no es el punto.
La Biblia usa estas imágenes para enseñarnos lo muy bueno que será el cielo y lo muy malo que será el infierno, pero estas imágenes no son más que imágenes, para ayudarnos a imaginar y Jesús aclara la diferencia entre las imágenes y la realidad en el Evangelio de San Lucas cuando dice a los Saduceos que no entienden lo que enseñan las imágenes de la Biblia por tomarlas literalmente, como si fueran la realidad y no sólo imágenes.
Jesús nos enseña cómo será el cielo al compararlo a algo que ya conocemos, pero la realidad será así diferente de la imagen, como el pollo es diferente de la rana.
Los Saduceos discuten con Jesús, diciendo que su enseñanza de la resurrección de los muertos pudiera resultar en poliandria, ¡múltiples maridos al mismo tiempo en el cielo! No les preocupa poligamia, ¡un hombre viudo de siete esposas muertas! Ellos consideraron a las mujeres como si fueran una cosa poseída por los hombres en su vida: dados por un hombre [su padre] a otro hombre [su marido] en matrimonio, casi como si fuera el traspaso de una esclava de un dueño a otro, y en su lógica, se podían poseer varias de estas cosas, varias esposas, al mismo tiempo.
Pero según su mentalidad, era diferente cuando se trataba de varios hombres con la misma mujer y era por eso que decían los Saduceos que la resurrección de los muertos era ilógica. Aun Jesús enseñaba que ningún hombre podía servir a dos amos; y aun menos podía una sóla mujer servir a siete maridos, todos ahora vivos con ella en el cielo, ¡todos con los mismos derechos irreconciliables a poseerla como su dueño único! ¡Ridículo!
Pero Jesús contesta que ellos son los ridículos porque están pensando en un modo muy literal. ¡Nadie poseerá a nadie en la vida que viene! Ya que el matrimonio más sano en esta vida es necesariamente exclusivo, no se puede comparar al gran amor inconcebible del cielo, que no es exclusivo … al contrario, ¡abarca a todos! Así que en el cielo no habrá matrimonio como lo concebimos en esta vida, y así ni poliandria, ni poligamia. Esos siete maridos serán mejores amigos, no rivales.
Jesús nos enseña del amor de la vida que viene al compararlo a algo que ya conocemos. El amor del cielo es mucho más grande que el amor matrimonial de esta vida porque no será exclusivo, todos seremos plenamente libres, nadie poseerá a nadie, ni habrán rivalidades. ¡El amor del cielo será muy diferente al amor de esta tierra, lo mismo que las ancas de rana son muy diferentes que las piernas de pollo!

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