Dos caminos diferentes llevaron a dos hombres en un viaje que los ha traído a Arkansas a trabajar con católicos hispanos en la Diócesis de Little Rock con el equipo de evangelización Vicentino.
Uno era contador y el otro carpintero, antes de hacerse miembros de la Congregación de la Misión, conocida más bien como los Vicentinos. La orden fue fundada por San Vicente de Paúl.
Los primeros tres sacerdotes Vicentinos vinieron en 1985 a trabajar en Arkansas para evangelizar, y debido a la llegada de muchos católicos hispanos a la diócesis en los 1990s más Vicentinos vinieron.
Para el año de 1993, los Vicentinos trabajaban en la parte noroeste del estado, donde el número más grande de católicos hispanos se establecieron. Viajaban a varias parroquias para celebrar la Misa en el lenguaje de los inmigrantes, que vinieron de otros estados, de México, y de otros países en Centro y Sudamérica.
En 2001 con el apoyo del Obispo J. Peter Sartain, formaron un equipo de evangelización Vicentino, con sede en la Iglesia de Santa Ana en North Little Rock, y el equipo viaja a través del estado.
Muchos hombres y mujeres entran a la vida religiosa en varias etapas de sus vidas. Para el Padre Tom Stehlik y el Diácono Arnoldo Hernández, dos miembros del equipo de evangelización Vicentino, la vida religiosa no fue su primera opción, pero es una que abrazan completamente.
El Padre Stehlik era contador en Texas y Hernández era un carpintero que trabajó en Texas, Arizona y New Mexico. Él es el único diácono permanente en la Provincia Sur de los Vicentinos, según la oficina provincial.
El Padre Stehlik está tan cómodo hablando español o inglés. Hernández puede cambiar fácilmente de español a inglés en medio de la conversación.
Además de celebrar Misa en la Iglesia de Santa Ana la mayoría de los fines de semana, el Padre Stehlik se puede encontrar viajando a varias otras parroquias, incluyendo la Iglesia de Santiago en Searcy, la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en Glenwood, la Iglesia del Sagrado Corazón en Morrilton, la Iglesia de Santa María en Arkadelphia y la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima en Benton.
Hernández puede ser encontrado visitando a los trabajadores emigrantes y a los presos a través del estado.
Es importante no sólo proveer para las necesidades espirituales de los recién llegados, pero también las otras necesidades, dice Hernández. El asiste a la gente a mantener su dignidad hallándoles lugares apropiados donde vivir, (el diácono dice que ha encontrado trabajadores viviendo en graneros abandonados) alimento cuando los trabajadores no pueden trabajar debido al clima, o ayuda legal cuando los trabajadores emigrantes son maltratados.
El Padre Stehlik dice que no sabía todavía como sería su vida, pero él tuvo su primera experiencia multicultural cuando era joven. El nació en Chicago y fue cuando llegó al centro de Texas cuando tenía 13 años.
Ahora él ayuda a otros a aprender más sobre diversas culturas.
El Padre Stehlik dice que siempre pensó en el sacerdocio, pero no fue hasta unos ocho años después de trabajar en un negocio que decidió hacerse Vicentino y trabajar con hispanos.
Dice que después de que la novedad de la profesión (contabilidad) se acabó, comenzó a pensar si él deseaba hacer eso toda su vida. La respuesta es evidente.
Después de su ordenación, el Padre Stehlik pensaba que él tenía un plan. Pensaba ser misionero en América latina.
Pero casi parece como que no hay necesidad, él dice. América latina ha venido aquí. El Padre Stehlik dice que estamos en los puntos más altos de la inmigración en la historia de los Estados Unidos.
Hay mucha vida en la comunidad hispana, y tanta necesidad, él dice. Las comunidades están madurando, pero hay mucha gente todavía en crisis.
Hernández nació en Del Rio, Texas, una ciudad en la frontera. Trabajó como carpintero en muchos lugares alrededor del suroeste. Cuando el programa de diaconado permanente comenzó en la Diócesis de Tucson, Arizona, Hernández dijo que le pidieron considerarlo y que lo hizo. Debido a que él se movía tanto, duró más tiempo para terminar sus estudios para ser diácono permanente.
Como el Padre Stehlik, el Diácono Hernández decidió ser Vicentino porque la misión de ellos es trabajar con los pobres.
Él ha sido diácono por 28 años. Llegó a Arkansas en 2002.
Dice que no tenía idea que era un diácono. No había diáconos permanentes. Después de atender un Cursillo comenzó acercarse más a la Iglesia.
La vocación religiosa es un llamado misterioso, él dice.
“Algunos escuchan el llamado como jóvenes … otros, como en mi caso, no fue algo concreto, fue gradual, nada espectacular que te haga parar y decir, ’sí, esto es para mí’”, dijo Hernández.
Su vocación como diácono se afirmó gradualmente por las muestras o señales a través del camino. Él decidió ayudar o evangelizar a los campesinos y a los presos.
Y hay mucho trabajo para el equipo.
Un reciente fin de semana, el Padre Stehlik tenía Misas de Primera Comunión el sábado a las 11 de la mañana y la 1 de la tarde. También celebró la Misa de las 4 de la tarde de la Iglesia de Santa Ana y 7 de la noche en la Iglesia de Santiago en Searcy. El domingo, celebró las Misas de las 8 y 10:30 de la mañana en la Iglesia de Santa Ana antes de irse a un retiro de una semana.
Hernández se puede encontrar visitando a los campesinos a través del estado, además de visitando presos en muchas de las prisiones estatales y federales a través del estado.
Los otros miembros del equipo son el Padre Carlos Lozada, CM, de Colombia y el Padre Dan Borlik, CM, que espera volver a Arkansas este mes.
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