Pongan atención a las cuatro Ps

Por Obispo Anthony B. Taylor

Obispo Anthony B. Taylor

Creo que todos hemos oído refranes como El poder corrompe o Dinero es poder. Es muy triste ver cuántas personas e instituciones empiezan con el propósito de proveer un buen servicio y luego terminan corruptas por una o más de las cuatro Ps perniciosas: la búsqueda desordenada de poder, posesiones, placeres y/o prestigio.
En el Evangelio Jesús purifica el templo. Al inicio, cuando los vendedores se establecieron allá era para proveer un buen servicio — ayudar a los fieles que querían adquirir un animal para sacrificio. Pero lo que empezó como un buen servicio se hizo explotador. Los sacerdotes responsables de certificar que los animales no tenían defectos recibían un pago por su trabajo y pronto tuvieron intereses creados en estos animales pre-certificados — posesiones — y usaron su creciente monopolio — poder — para hacerlo muy difícil para los que querían sacrificar animales que habían llevado de afuera. Lo que empezó como un servicio útil se convirtió en corrupto por la búsqueda de poder y posesiones.
Hoy vemos mucho en las noticias la historia de Bernard Madoff quien se aprovechó de su poder y prestigio de asesor financiero para defraudar a más de 5,000 personas, quitándoles $65 billones. Los asesores financieros brindan un buen servicio, pero ahora vemos qué sucede cuando la búsqueda desordenada de poder y posesiones corrompe su asesoría.
Y no olvidemos que sus víctimas no eran pobres, eran gente rica que querían ser mucho más ricos y creyeron las promesas de Madoff, aunque eran demasiado buenas para ser verdad. Crédulos inversionistas cegados por su propia búsqueda de posesiones … y el poder, los placeres y el prestigio que se puede comprar con dinero.
Lo mismo sucede también en nuestras vidas personales y en los desafíos que enfrenta nuestro país, por ejemplo: en Iraq. Invadimos a Iraq con la buena intención de eliminar una amenaza peligrosa a la seguridad del mundo y dar libertad a una nación oprimida por un presidente asesino. Pero la decisión de recurrir a la violencia es siempre una decisión llena de riesgos y el Papa Juan Pablo II enseñó muy claramente ya desde el inicio que nuestra intervención en Iraq no cumplió con los requisitos de una guerra justa.
Hoy es obvio que en la medida que permitimos que nuestra intervención en Iraq llegue a ser nada más que la búsqueda desordenada de poder [nuestra esfera de influencia], posesiones [acceso a petróleo], placer [nuestro modo de vida privilegiado] o prestigio [nuestra posición de superpotencia], los sacrificios de nuestros soldados serán en vano. En este momento, lo mejor que podemos esperar es salvar algo bueno de nuestros esfuerzos — lo que requiere que sacrifiquemos el poder, las posesiones, el placer y el prestigio que quisimos asegurar — de otra manera, terminaremos odiados por la misma gente que quisimos ayudar, lo mismo que ya pasó con otros de nuestros esfuerzos descabellados de hacer bien por medio de violencia en el pasado.
Cuando recibimos el sacramento de confirmación, el Espíritu Santo nos llenó con los dones de “sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios” … dones que debemos usar para resistir la tentación a la búsqueda desordenada de poder, posesiones, placer y prestigio en nuestras vidas personales también.
La cuaresma es un tiempo para invitar a Jesús a que nos purifique y también a nuestras familias, nación y mundo de estas cuatro Ps perniciosas — la búsqueda desordenada de poder, posesiones, placer y prestigio.

Latest from From the Bishop