Educar sobre los derechos es una prioridad

Por Malea Hargett
Editora

Maricella García se siente agradecida por la vida que le proveyeron sus padres y abuelos inmigrantes mientras se criaba en Hayward, California. Ahora, dedica su carrera profesional a ayudar a otros inmigrantes y a los hijos de ellos a lograr sus sueños.
García fue contratada recientemente como directora de Caridades Católicas Servicios de Inmigración de Little Rock. Dice que ha encontrado su pasión educando a inmigrantes sobre sus derechos y responsabilidades en Estados Unidos y tratando de ayudarles a navegar por los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de este país.
“La gente quiere lo que yo tengo”, indica. “Quieren venir aquí, no para mejorar sus propias condiciones de vida, sino para otorgarles una mejor vida a sus hijos. No creo que haya absolutamente nada malo en querer eso. Creo que debemos animar a los hijos a lograr metas mejores y mayores que las que tenemos”.
Sin embargo, esta mujer de 30 años no planeó seguir una carrera profesional en servicios sociales. En 1999 su madre de origen nicaragüense y su padrastro se mudaron a Arkansas, pero García no tenía planes de mudarse con ellos.
En lugar de ello, se incorporó en el Cuerpo de Infantería de Marina de EE. UU. y prestó servicio en Japón como auxiliar del capellán. El servicio militar le permitió ganar suficiente dinero para graduarse con un título en negocios de la Universidad de Maryland en el 2004. Sin esa ayuda financiera, García señaló no hubiera tenido forma de pagar por sus estudios universitarios.
Cuando regresó a Estados Unidos, deseaba poner en práctica su educación en administración de empresas. Decidió entonces mudarse a Little Rock donde fue contratada como directora de la Universidad de Promesa, un programa en Little Rock para el cuidado de niños hispanos después de las horas escolares. Además de recibir ayuda personal con los estudios y tiempo de recreación, los estudiantes asisten a clases de inglés como segundo idioma.
García cree que ser mentor de la primera generación de estadounidenses es vital. Los estudios de investigación revelan que el 60 por ciento de los hispanos se gradúan de escuela preparatoria, 30 por ciento acude a una universidad, pero sólo el 12 por ciento recibe un título universitario.
García se llevó la experiencia que adquirió en la Universidad de Promesa y formó su propia organización sin fines de lucro denominada Lita’s House, en honor de su abuela quien se mudó a Estados Unidos desde Nicaragua en la década de los 60.
“Siempre nos enseñó que la educación es vital. Te lo debes a ti mismo el aprender acerca de cosas y participar. Espero hacer eso por los niños de la comunidad”, señaló.
A través de Lita’s House, García ayuda a los estudiantes del tercer y cuarto año de preparatoria con el proceso de solicitar ingreso a las universidades y a escribir ensayos para las solicitudes de ingreso. Señala que a menudo ésta es una tarea difícil para los padres que no han asistido a una universidad y no hablan inglés.
La carrera profesional de García tomó otro giro en el 2006 cuando la aceptó el programa de maestría de la Escuela Clinton de Servicio Público a través de la Universidad de Arkansas. Su posición como latina bilingüe en Little Rock llamó la atención de los administradores de la institución quienes buscaban reclutar un cuerpo estudiantil más diverso.
Como parte del proyecto de servicio internacional que exige el título universitario, García vivió en Nicaragua durante tres meses el verano pasado.
“Mi abuela murió en el 2002 y uno de sus mayores sueños era que todos visitaramos Nicaragua”, recalcó.
Cuando regresó a Estados Unidos en agosto de 2007, García fue una de las primeras estudiantes en ingresar al programa que confiere dos títulos universitarios con la Escuela Clinton y la Universidad de Arkansas en la Escuela de Derecho de Little Rock. En diciembre se graduó de su maestría y ahora continúa estudiando leyes, espera obtener su título de abogada en dos años.
García dijo que, aunque estaba familiarizada con las labores que realizaba Caridades Católicas Servicios de Inmigración para los clientes de bajos ingresos, nunca soñó que la plaza fuera a estar disponible. Cree que el puesto reúne sus intereses en leyes y en la educación.
“La inmigración es realmente un asunto socioeconómico”, indicó. “Podemos edificar paredes, construir fronteras, pero cuando una persona mira su propia supervivencia, hace todo lo posible por asegurarse de sobrevivir”.
García dice que espera dedicarle mucho tiempo a educar a los inmigrantes sobre sus derechos y responsabilidades, y como muchas de sus acciones pueden obstruir permanentemente la entrada a este país.
“Si no educamos a la gente, toman malas decisiones y entonces no podemos ayudarles a recuperarse de ellas”, señaló.

Malea Hargett

Malea Hargett has guided the diocesan newspaper as editor since 1994. She finds strength in her faith through attending Walking with Purpose Bible studies at Christ the King Church in Little Rock.

Latest from News