Equipos pastorales ayudan a las parroquias

Por Sheila Harrison
Corresponsal de Hot Springs

HOT SPRINGS — En Arkansas, la escasez de sacerdotes ha causado que la diócesis busque nuevas formas de servir a grandes parroquias urbanas en vías de crecimiento en dos áreas de nuestro estado y alrededor de las pequeñas parroquias rurales.
En julio del 2007, Mons. J. Gaston Hebert, administrador diocesano, instituyó el concepto de “equipo pastoral” en Hot Springs y Springdale.
En Hot Springs, la Iglesia de San Juan Bautista, Sta. María del Manantial, el Centro de Salud San Juan y el Monasterio de Nuestra Señora de la Caridad y el Refugio, pasaron a estar dirigidos por el Padre Erik Pohlmeier, con el Padre Christopher Okeke, el Padre Alan Rosenau y el Padre T.J. Hart nombrados como vicarios. Los sacerdotes, con la excepción del Padre Rosenau, residen en San Juan, pero todos los padres se alternan las diferentes Misas.
El Padre Rosenau, antiguo sacerdote episcopal, está casado y vive con su familia. El Padre Okeke tuvo la responsabilidad del Monasterio de Nuestra Señora de la Caridad y el Refugio hasta septiembre, fecha en que el Vaticano rompió su enlace con seis hermanas en esa localidad.
El Padre John Antony es párroco de Santa María en Siloam Springs y de San Juan en Huntsville, así como de San Rafael en Springdale. Le ayudan el Padre Emmanuel Orgu de Nigeria, el Padre José Antonio Galvez-Orellana prestado de su diócesis en México y el Padre Jason Tyler. Con la excepción del Padre Tyler, los hombres residen en la casa parroquial de Springdale y prestan servicio a diversas parroquias. El Padre Tyler reside en la casa parroquial de Siloam Springs y atiende las necesidades diarias del ministerio en esa localidad. Un fin de semana al mes, él y el Padre Antony se intercambian púlpitos para que ambos estén más disponibles a una mayor cantidad de gente.
“Tuvimos a un hombre muy capacitado en el Padre Erik en la parroquia cercana de San Juan, un sacerdote capacitado para el ministerio de hospitales (el Padre Rosenau), un externo nigeriano (el Padre Okeke) y un padre recién ordenado (el Padre Hart) quien necesita de un mentor”, escribió Mons. Hebert en una entrevista por correo electrónico.”Esto fue un buen arreglo para dos parroquias bastantes extensas, un convento (en esa fecha) y un gran hospital católico”.
En cuanto al área noroeste del estado, Mons. Hebert escribió, “Tenemos a un párroco extraordinario en el Padre John Antony, un sacerdote hispano prestado, un sacerdote nigeriano recién llegado al estado y un sacerdote que hace sólo dos años se ordenó. Todos los sacerdotes pueden ser muy eficientes bajo la dirección del Padre John Antony, quien dispone tanto de talentos como de energía para cuidar a la gente de las tres ciudades con la ayuda de tres sacerdotes, quienes todavía no están listos para tener sus propias parroquias pero que pueden trabajar con él”.
Es evidente que para que funcione el concepto del equipo pastoral, los miembros del equipo deben ser emparejados adecuadamente y los sacerdotes directores deben ser excepcionales, señaló Mons. Hebert.
El Padre Pohlmeier, de 36 años, fue ordenado en 1998. En el 2001, se le nombró párroco de Nuestra Señora del Lago en Lake Village, donde junto con un vicario fueron responsables de las parroquias más pequeñas en McGehee, Crossett y Hamburg. El Padre Pohlmeier dijo que su experiencia en Lake Village le ayudó a aceptar fácilmente el concepto del equipo pastoral.
El Padre Antony, de 38 años, se ordenó en 1996. Antes de ir a Springdale, fue párroco de la Iglesia de San Eduardo en Little Rock, una parroquia más antigua que estaba teniendo una gran afluencia de feligreses hispanos. La Iglesia de San Rafael, donde se encuentra en estos momentos, tiene más de 14,000 feligreses, de los cuales un 75 por ciento de ellos son hispanos y necesitaban un sacerdote bien empapado con el idioma y la cultura.
Fue necesario emplear el equipo pastoral en el área de Springdale cuando se tuvo que trasladar al Padre Clayton Gould, el entonces párroco de Siloam Springs, a Dardanelle. Se le presentaron problemas de salud a Mons. James Mancini, párroco de Huntsville en esa fecha y no pudo prestar más servicio allí.
El Padre Tyler, de 28 años, vive en la casa parroquial de Siloam Springs y ofrece una Misa diaria. Dijo que aunque no reside con el Padre Antony, puede comunicarse con su mentor con sólo levantar el teléfono. También cree que su posición es sólo un “medio escalón” que le permite vivir la experiencia del ministerio diario de una parroquia, con los conocimientos y consejos de un mentor de más edad y más experiencia al alcance de la mano.
En una entrevista telefónica, el Padre Tyler se mostró muy esperanzado.
“Este concepto está realmente funcionando en nuestra parte del estado. Tenemos a varios hombres en el seminario. Me siento optimista de que Arkansas tendrá muchos más sacerdotes más jóvenes que necesitarán de un mentor. Con este arreglo, es muy fácil ver y oír cómo otros padres viven su vocación y cómo otras parroquias realizan sus labores. El mayor problema es programar y conducir (de una parroquia a otra)”.
El Padre Antony señaló que se ha beneficiado del compañerismo entre los sacerdotes. Los cuatro sacerdotes se reúnen todos los viernes con las Carmelitas Misioneras de Santa Teresa de Springdale para celebrar Misa y almorzar juntos.
“Es una gran oportunidad para unirnos como hombres y mujeres consagrados, compartiendo las alegrías y las luchas, pero definitivamente más alegrías que luchas”, recalcó.

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