El interés de varones jóvenes por estudiar para el sacerdocio en la Diócesis de Little Rock está creciendo, indicó Mons. Scott Friend, director de vocaciones.
La nueva clase es la más grande en los últimos años con ocho hombres comenzando su período de formación.
“Es una buena cosecha”, dijo Mons. Friend. “El truco es que participen hasta el final”.
Este otoño, seis hombres comenzaron sus estudios en seminarios en Indiana, Texas y Louisiana. Otros dos hombres comenzaron sus Años de Discernimiento antes de ingresar al seminario el próximo otoño.
Los nuevos seminaristas son:
Payden Blevins, 19, hijo del Sr. y la Sra. David Blevins. Payden asiste a la Iglesia de Santa María en Paragould y estudia en el Seminario de la Santísima Trinidad en Irving, Texas.
Mauricio Carrasco, 22, hijo del Sr. y la Sra. Ausencio Carrasco. Mauricio asiste a la Iglesia de San Rafael en Springdale y estudia en el Seminario de San Meinrad en Indiana.
Robert Cigainero, 20, hijo del Sr. y la Sra. Charles Cigainero. Robert asiste a la Iglesia de San Eduardo en Texarkana y estudia en el Seminario de San José en Covington, La.
Andrew Hart, 23, hijo del Sr. y la Sra. Robert Hart. Andrew asiste a la Iglesia de Cristo Rey en Little Rock y estudia en el Seminario de San Meinrad.
Shaun Klatt, 19, hijo de Eileen Klatt. Shaun asiste a la Iglesia de San Judas en Clinton y estudia en el Seminario de la Santísima Trinidad.
Alejandro Puello, 22, hijo de Richard José Puello e Yngrida Blonda. Alejandro asiste a la Iglesia de Santa María en Paragould y estudia en el Seminario de San José.
Por otra parte, Víctor Rubén Quinteros, natural de Argentina, quien reside ahora en la Iglesia de San Eduardo de Little Rock y Thaihoa Tran, natural de Vietnam, quien ha estado viviendo en San Francisco, han comenzado sus Años de Discernimiento. Thaihoa actualmente reside en la Iglesia de la Inmaculada Concepción en North Little Rock. Se recomienda que los que no hayan vivido en Arkansas por mucho tiempo y necesiten más tiempo para conocer el estado tengan un año de discernimiento, comentó Mons. Friend.
Once seminaristas también regresaron a las aulas esta temporada de otoño. Ellos son:
T.J. Hart de Center Ridge, a quien el Obispo J. Peter Sartain ordenará al sacerdocio el 30 de junio de 2007 en la Catedral de San Andrés de Little Rock.
Jason Sharbaugh de Morrilton
Eddie D’Almeida de Conway
James Melnick de Jacksonville
Josh Stengel de Ratcliff
Tony Robbins de Little Rock
Juan Manjarrez de Fort Smith
Bryan LaFevers de Little Rock
Ben Rowse de Bella Vista
Juan Guido de Little Rock
Raúl Garduño de Little Rock
Mons. Friend indicó que la clase de seminaristas es más diversa racialmente, lo cual era una de sus metas.
“Queremos asegurarnos de que nuestros seminaristas reflejen el rostro de nuestra diócesis”, indicó. “Somos diversos en términos raciales y étnicos (en el estado) y deseamos que nuestros seminaristas reflejen eso”.
Seis de los 19 hombres son hispanos. Provienen de México, Argentina y la República Dominicana. Uno es de Vietnam. Sus edades fluctúan entre 19 y 36 años.
“Es un grupo internacional de jóvenes”, señaló.
Cómo apoyar las vocaciones sacerdotales
Ore por los seminaristas actuales. Mons. Friend dijo que todos los que recen por vocaciones deben creer realmente en que sus oraciones darán resultado.
“Es necesario realmente creer en el poder de su oración y en el poder de Dios para responder”, señaló. “Si no reza tomando en cuenta esos dos factores, sus oraciones no serán eficaces. Cuando digo orar, es fundamental”.
Establezca un comité de vocaciones en su parroquia. La oficina de Mons. Friend y el Serra Club pueden ayudar a establecer un comité y sugerir actividades para el mismo.
Apoye el Fondo de Seminaristas Diocesanos del Mons. James O’Connell. Aunque el fondo de otorgamiento tiene $9 millones, esta cantidad no es suficiente para generar suficiente interés a fin de continuar enviando a 19 seminaristas a cursar estudios universitarios.
El costo de la diócesis para educar a un seminarista en Estados Unidos es, en promedio, $25,000 al año.
Exhorte a los jóvenes a estudiar la posibilidad de una vocación sacerdotal o de vida religiosa. “Si observa un joven que es un buen líder o parece siempre ayudar, anímelo”, señaló. “Realmente debemos hacer eso. A veces es lo que necesitan para darse cuenta de que han sido llamados”.
