JONESBORO — El primer sábado de cada mes, un grupo de hombres se aventura desde la Iglesia del Santísimo Sacramento de Jonesboro para trabajar.
Sin embargo, estos hombres no trabajan para su propio beneficio, sino a favor de la comunidad.
Los hombres, miembros de un grupo llamado Los Guadalupanos, ya que prestan servicio en nombre de Nuestra Señora de Guadalupe, procuran ayudar a los miembros necesitados de la comunidad, principalmente a las personas mayores y a los enfermos.
“Su plan es ayudar a los inválidos, la gente mayor y los enfermos”, señaló la Hermana Elaine Willett, OSB, supervisora del ministerio hispano de la Iglesia del Santísimo Sacramento. “Hacen reparaciones a las casas y trabajo de jardinería. Ese tipo de ayuda. Sin embargo, no se limitan a ayudar sólo a católicos. Ayudan a todos los necesitados”.
El grupo planea hacer una contribución a la comunidad ofreciendo servicios gratuitos a los que necesitan ayuda.
“Establecimos el grupo para ayudar a los necesitados, especialmente a la gente mayor”, dijo Darío Aquino, miembro del grupo.
El grupo se organizó en el mes de noviembre pasado y actualmente cuenta con ocho miembros de la parroquia.
Los miembros de la comunidad se comunican con la Hermana Elaine durante el mes para presentar los nuevos proyectos del grupo.
“Si alguien necesita ayuda, puede llamar a la Hermana Elaine y ella se pone en contacto con nosotros”, señaló el miembro Jesús Flores.
Los Guadalupanos se reúnen el primer viernes de cada mes para orar y decidir en cuáles proyectos trabajarán el siguiente día. También se pagan las cuotas mensuales en la reunión.
“Cada miembro contribuye por lo menos $10 al mes, de esa manera tenemos dinero a la mano para ayudar a la gente”, dijo Flores.
El grupo toma muy en serio su misión.
“Se cobra una multa de $25 para cada miembro del grupo que no se presente a trabajar ese día”, agregó Flores.
Después de la reunión del viernes, salen a trabajar la mañana siguiente.
El grupo trabajó en mayo ayudando a limpiar una porción de la propiedad de la iglesia, mientras que el proyecto del grupo en junio fue volver a pintar el exterior del edificio de la oficina de la iglesia.
Las labores del grupo se han reconocido y han sido un ejemplo positivo para la comunidad.
“He oído que la gente que pasa tiene comentarios favorables para ellos”, señaló el Padre Mark Wood, párroco de la Iglesia del Santísimo Sacramento. “La gente está impresionada con lo que hacen”.
Aunque el grupo se estableció hace menos de un año, muchos de sus miembros han participado en las funciones de la parroquia por un tiempo.
“La mayoría de ellos han estado activos en la iglesia durante años. Han prestado servicio dentro de la iglesia y ayudado durante la Misa en español”, señaló la Hermana Elaine. “Querían hacer esto para dar una contribución a la iglesia y la comunidad”.
“Simplemente deseaban ayudar al prójimo y por ello pidieron permiso para comenzar el grupo”, agregó.
Mientras que el debate de la inmigración empapaba a la nación, el grupo también brindó otro ejemplo positivo de los hispanos contribuyendo a sus comunidades.
“Mi experiencia ha sido que cuando se juntan dos personas que hablan distintos idiomas y tienen culturas diferentes, pueden surgir malentendidos”, señaló el Padre Wood. “Esto se debe generalmente a la falta de contacto que tienen entre sí las personas.
“Creo que una vez que la gente los vea dispuestos a ayudar y prestarse como voluntarios, se disiparán todos los estereotipos negativos”.
Cabe notar que ayudar es el objetivo mayor de este grupo.
“Queremos laborar para Nuestro Señor”, señaló Flores. “Queremos ayudar a la gente”.
Corresponsal de Jonesboro