Músico hispano es también líder de jóvenes adultos

FORT SMITH — José Galván ha observado muchos cambios en la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Fort Smith desde que se mudó de Monterrey al nordeste de México con sus padres y cinco hermanos en 1992.
“Cuando llegamos aquí, había sólo 24 familias mexicanas en la parroquia”, señaló Galván. “Al cabo de varios años, la parroquia comenzó a dar una Misa hispana una vez al mes. Mi hermana mayor, Alma, comenzó el coro y yo me uní a este grupo hace unos siete años. Ya que nos criamos en México, la música de la iglesia se convirtió en una parte de lo que somos. Oíamos las canciones y las aprendimos. Alma escribió a máquina la letra de los himnos que formaban parte de nuestra tradición oral. Las modificamos con arreglos en guitarra y armonías de tres partes”.
Durante los 14 años desde que la familia Galván se mudó a Fort Smith, la comunidad hispana de la Parroquia de la Inmaculada Concepción ha crecido rápidamente.
“El pasado Miércoles de Ceniza celebramos cuatro servicios en la Capilla de Santa Ana (una capilla anexa a la Inmaculada Concepción)”, dijo el joven de 22 años. “Mil quinientas personas acudieron. Unas 750 personas asisten a la Misa de las 2 de la tarde todas las semanas y a veces, es tan concurrida, que hay gente parada en los escalones de afuera de la iglesia. El Padre Héctor Villarreal-Sánchez, nuestro último vicario, empezó una segunda Misa para los niños en la Capilla de Santa Ana al mediodía”.
La música es una parte integral en la vida de la familia. Alma Delia Benavides, quien ahora está casada y espera a su primer bebe, es actualmente la directora del coro hispano y se está preparando para entregar pronto las riendas del coro a Galván.
“Ahora tenemos dos coros, un coro de niños entre los 7 y 12 años, y un coro de jóvenes para todos los demás”, indicó José.
El 5 de marzo, la parroquia le dio la bienvenida al nuevo vicario, el Padre Blas Alberto Hernández-Torres.
Toda la familia Galván participa en los ministerios de la parroquia. Sus padres, Candelario y Gregoria Galván, son ministros de la Eucaristía, y su hermano menor es monaguillo. Sus hermanas, hermano mayor y cuñado cantan en el coro.
Las labores de Galván como líder musical lo llevaron a estudiar música instrumental en la Universidad de Arkansas de Fort Smith, para ser un maestro de música. Galván participa en cuatro conjuntos musicales: dos de instrumentos de cobre, una banda sinfónica y una banda de jazz. Aprendió por su cuenta a tocar guitarra, instrumentos de teclados e instrumentos bajos de cuerdas.
“Aprendo un poco de todas las personas que conozco”, señaló. “Los ministerios de hispanos de toda la diócesis se reúnen en un encuentro todos los años en el otoño. Este año, nuestra parroquia ha sido seleccionada para elegir y dirigir la música. Formamos una red informal en el Internet para ayudarnos entre sí durante el año. Ahora mismo, estoy ayudando a Pablo Ortega, un líder musical de 15 años de la Iglesia del Santísimo Redentor de El Dorado con su nuevo coro de hispanos”.
Las numerosas familias hispanas jóvenes que se están mudando a Fort Smith le han dado a la parroquia un vibrante grupo de jóvenes, dirigidos también por Galván.
“Tenemos a tantos jóvenes participando que tuvimos que comenzar a hacer gafetes”, indicó. “Tenemos más de 150 gafetes, pero generalmente tenemos de 70 a 80 en nuestras reuniones”.
En reconocimiento por la labor de Galván con los jóvenes, el Mons. John O’Donnell, párroco de la Inmaculada Concepción, le pidió que representara el área de Fort Smith en una reunión regional en Texas que se celebró del 31 de marzo al 2 de abril antes del Encuentro nacional del ministerio de adolescentes y jóvenes adultos hispanos en junio.