Monasterios contemplativos de hermanos y hermanas religiosas son comunidades de aquellos llamados a dar su vida entera a oración contemplativa, por su bienestar espiritual y por toda la iglesia. Algunas de estas comunidades son de claustro, como el Monasterio Carmelita en Little Rock. El fruto de la oración de las religiosas del Carmelo llega más allá de las paredes de su claustro y estamos profundamente bendecidos de tenerlas en Arkansas.
Recientemente regrese de un viaje a Veracruz, México, donde visite un monasterio de religiosas llamadas “Adoratrices del Santísimo Sacramento.” Mons. Scott Friend me acompañó. El año pasado me enteré del deseo de ellas de abrir un segundo monasterio en los Estados Unidos y empecé a comunicarme con ellas acerca de la posibilidad de venir aquí; el propósito de nuestro reciente viaje fue el de conocernos mejor.
Las religiosas son un grupo impresionante lleno de alegría y paz. Fundadas en Italia, tienen muchos monasterios en México dedicados a oración contemplativa frente al Santísimo Sacramento. Son de claustro, pero sus horas diurnas de adoración están abiertas al público, así como su Misa diaria y la Liturgia de las Horas. También ofrecen dirección espiritual para aquellas personas que lo soliciten.
La Madre Esperanza, superiora del monasterio de Veracruz, nos explicó el carisma de su orden. Una cosa que ella dijo me impresionó particularmente, y sus palabras las escogió cuidadosamente:
“La vida contemplativa es nuestro modo de estar en la Iglesia, con la Iglesia y para la Iglesia.”
La manera en que la madre usó el verbo “estar”, indicaba que la vida contemplativa es la manera que Dios usa para hacerlas quienes son, con y para la iglesia. Es la manera en que ellas se entregan en sacrificio a Él por el bien de la Iglesia.
¡Ellas viven la vida contemplativa no “en lugar nuestro” para que nosotros no lo tengamos que hacer! Al contrario, ellas viven la vida contemplativa para ser testigos para nosotros y para el mundo del llamado de cada cristiano a una amistad íntima con Dios a través de Jesús en el Santísimo Sacramento. La oración y sacrificio de ellas produce fruto para la Iglesia y su testimonio llama a la Iglesia a oración.
Yo rezo y espero que durante El Año de la Eucaristía las religiosas abran un monasterio en Arkansas. Hay muchos detalles para aclarar, incluyendo la localidad del monasterio y arreglos financieros. Yo quería informarles acerca de esta posibilidad, para que se unan a mí en oración por esta intención tan importante y para hacerles saber que las religiosas necesitarán de su ayuda financiera.
Parece ser que nuevamente Dios está inspirando a la Iglesia Católica en Arkansas para que veamos la cercana relación entre la vida religiosa y la inmigración de nuevos católicos a nuestra diócesis. Él nos llama a renovar nuestra devoción a la Eucaristía, la fuente y cumbre de la vida de la iglesia. Y Él nos enseña que el corazón de su inspiración, el corazón de cada vida cristiana es la oración.
Oración contemplativa es “el corazón de corazones” de la Iglesia. Recen conmigo y con las religiosas, para que respondamos al llamado de Dios acerca del nuevo monasterio, para que podamos extender la presencia de Cristo hasta la profundidad de nuestra diócesis.
Monasterios contemplativos de hermanos y hermanas religiosas son comunidades de aquellos llamados a dar su vida entera a oración contemplativa, por su bienestar espiritual y por toda la iglesia. Algunas de estas comunidades son de claustro, como el Monasterio Carmelita en Little Rock. El fruto de la oración de las religiosas del Carmelo llega más allá de las paredes de su claustro y estamos profundamente bendecidos de tenerlas en Arkansas.
Recientemente regrese de un viaje a Veracruz, México, donde visite un monasterio de religiosas llamadas “Adoratrices del Santísimo Sacramento.” Mons. Scott Friend me acompañó. El año pasado me enteré del deseo de ellas de abrir un segundo monasterio en los Estados Unidos y empecé a comunicarme con ellas acerca de la posibilidad de venir aquí; el propósito de nuestro reciente viaje fue el de conocernos mejor.
Las religiosas son un grupo impresionante lleno de alegría y paz. Fundadas en Italia, tienen muchos monasterios en México dedicados a oración contemplativa frente al Santísimo Sacramento. Son de claustro, pero sus horas diurnas de adoración están abiertas al público, así como su Misa diaria y la Liturgia de las Horas. También ofrecen dirección espiritual para aquellas personas que lo soliciten.
La Madre Esperanza, superiora del monasterio de Veracruz, nos explicó el carisma de su orden. Una cosa que ella dijo me impresionó particularmente, y sus palabras las escogió cuidadosamente:
“La vida contemplativa es nuestro modo de estar en la Iglesia, con la Iglesia y para la Iglesia.”
La manera en que la madre usó el verbo “estar”, indicaba que la vida contemplativa es la manera que Dios usa para hacerlas quienes son, con y para la iglesia. Es la manera en que ellas se entregan en sacrificio a Él por el bien de la Iglesia.
¡Ellas viven la vida contemplativa no “en lugar nuestro” para que nosotros no lo tengamos que hacer! Al contrario, ellas viven la vida contemplativa para ser testigos para nosotros y para el mundo del llamado de cada cristiano a una amistad íntima con Dios a través de Jesús en el Santísimo Sacramento. La oración y sacrificio de ellas produce fruto para la Iglesia y su testimonio llama a la Iglesia a oración.
Yo rezo y espero que durante El Año de la Eucaristía las religiosas abran un monasterio en Arkansas. Hay muchos detalles para aclarar, incluyendo la localidad del monasterio y arreglos financieros. Yo quería informarles acerca de esta posibilidad, para que se unan a mí en oración por esta intención tan importante y para hacerles saber que las religiosas necesitarán de su ayuda financiera.
Parece ser que nuevamente Dios está inspirando a la Iglesia Católica en Arkansas para que veamos la cercana relación entre la vida religiosa y la inmigración de nuevos católicos a nuestra diócesis. Él nos llama a renovar nuestra devoción a la Eucaristía, la fuente y cumbre de la vida de la iglesia. Y Él nos enseña que el corazón de su inspiración, el corazón de cada vida cristiana es la oración.
Oración contemplativa es “el corazón de corazones” de la Iglesia. Recen conmigo y con las religiosas, para que respondamos al llamado de Dios acerca del nuevo monasterio, para que podamos extender la presencia de Cristo hasta la profundidad de nuestra diócesis.